viernes, noviembre 22, 2024
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ALBERTO LETTIERI: «ESTAMOS MUY LEJOS DE ESE 20 DE DICIEMBRE, ALGO HEMOS APRENDIDO»

Alberto Lettieri habló de aquel estallido social contra el gobierno de Fernando De La Rúa, el cual dejó 39 fallecidos.

El 20 de diciembre de 2001 no será una fecha más para la historia de nuestro país. Es un día para que todos los argentinos reflexionemos. Hoy, se cumplen 20 años del estallido social que dejó un saldo de 39 fallecidos y la renuncia de Fernando De La Rúa como Presidente. Aunque la noche anterior, comenzaría todo la historia y Argentina entraba en una de las crisis más fuertes. Para hablar de aquel día, el historiador Alberto Lettieri habló en un medio radial.

«Creo que está latente la fecha, hacemos muy bien en recordarlo. Hay una serie de cuestiones que, con otras características y dimensiones, estamos volviendo a experimentar ahora. Todo lo que tiene que ver con un proceso desaforado que se había dado en los 90, y la presión del Fondo Monetarios contra el gobierno de De La Rúa. Acompañado de una serie de indicadores de deterioro económico y social muy marcados, y una manifiesta incapacidad que tuvo ese gobierno para pilotear la situación», indicó en Radio Búnker 94.9, en el «Tanke de Búnker» (lunes a viernes, de 10 a 13hs).

Luego, afirmó que no hay posibilidades de que se repita aquel suceso: «Pero estamos muy lejos de ese 19 y 20 de diciembre, algo se ha aprendido de aquella experiencia. Todavía no ha aparecido una alianza de la dirigencia real de los principales partidos políticos que promuevan los saqueos y el descontento popular. La consecuencia de la experiencia de los últimos años, la cuarentena, advierte una sensación de desmovilización de la sociedad. Si bien en algunos aspectos puede ser similar, también hay características que reflejan el haber aprendido».

«Ha habido también, deliberadamente, una estrategia de invisibilización. Y eso tiene que ver por un lado, con el hecho de que al radicalismo no le conviene que esto quede sobre el tapete. Porque un partido que se plantea como defensor de la república y derechos civiles, haya cometido la mayor represión de los tiempos modernos, sería una mancha muy significativa. De hecho, el radicalismo hasta ahora no ha podido tener pretensiones de ir por la presidencia», analizó con respecto a la poca visibilidad que se les da a las victimas en esa jornada.

«Por otro lado, la negociación entre Duhalde y Alfonsín, la negativa del FMI, para generar las condiciones y acelerar la salida de De La Rúa. Tampoco dejaría bien parado el hecho de poner sobre la escena a las victimas, porque evidentemente implicaría algún grado de responsabilidad en la ecuación final», agregó.

En cuanto a las razones por las que la sociedad dejó de creer en la política, bajo el grito de «que se vayan todos», sostuvo: «Tenemos que aprender algo. Cuando hablamos del 19 y 20 de diciembre, vemos la foto pero no la película. Esto venía anticipado por un agotamiento que fue la estrategia de la convertibilidad, la insistencia de querer mantenerla a rajatabla, economías que competían con Argentina y devaluaban sus monedas, hacían que los precios de los productos sean muy elevados. La incapacidad de afrontar los compromisos con el FMI, fundamentalmente por el hecho de que ese modelo exigía el provisionamiento de fondos. Entonces, se cortó el chorro, y el Estado se encontró con la imposibilidad de afrontar esas obligaciones y buscó alternativas. Se implementó el corralito, políticas de blindaje, quisieron bajar el ritmo de la economía interna y generaron mal humor. En las elecciones legislativas, donde De La Rúa no pudo presentar una lista, se vio el voto bronca».

«En definitiva, Néstor Kirchner no sólo consiguió darle prestigio y renovar a un sistema y dirigencia política devaluada, también hizo que se transforme el «que se vayan todos» en que se vayan algunos. Pero algunos se fueron y volvieron, como López Murphi y Patricia Bullrich», completó.

«Me parece que todavía no llegamos a mensurar la importancia que ha tenido esto. Algo que si marcó esos días, tuvo que ver con el agotamiento de los partidos políticos como forma de participación electoral y profundizó lo que se evidenciaba años atrás, la necesidad de componer coaliciones. El problema es que las coaliciones son electorales, después no tienen puntos de mira en común para generar gestiones», subrayó.

Para concluir, contó acerca de sus proyectos: «Estoy trabajando, más bien me interesa analizar una perspectiva más teórica, las características del sistema político argentino y ver hacia donde podemos encontrar una solución que nos permita de alguna manera sacarnos ese pasado tan pesado y poder avanzar a una propuesta superadora para nuestra sociedad».