PROYECTO MOCHI, DISTINTO PERO CON LA SOLIDARIDAD DE SIEMPRE
Por la pandemia, se realizará una entrega de útiles a los chicos que ya tienen las mochilas del año pasado, casi sin uso. Solidaridad en estos tiempos tan especiales.
Una de las integrantes del grupo expresó cómo se adaptarán a la situación actual y brindó detalles de cómo fue creciendo este proyecto con la idea de ayudar a que cada niño tenga una mochila al inicio escolar.
Tras un año complicado que también afectó al ciclo lectivo de todo el país, debido a que la mayoría de los niños tuvieron clases virtuales casi todo el año, los diferentes proyectos encargados de ayudar a los que más lo necesitan vuelve a ponerse al frente en una situación compleja. En este caso el Proyecto Mochi, tendrá una nueva forma de trabajo para adaptarse a los nuevos tiempos y así lo explicó María Laura Companys, una de las integrantes del mismo.
«Este año estamos haciendo un formato virtual para respetar protocolos y para que los elementos que la gente dona pase por las menos manos posibles. Entonces convocamos a las librerías que quieran formar parte del proyecto y tengan ventas virtuales, cuando la gente nos escribe para comprar, los conectamos con las librerías que compren un kit que se arma y nosotros los retiramos y se entregan en cajas en los comedores. Este año se hace sin mochila porque las que tienen del año pasado sirven», sostuvo.
En diálogo con El Tanke de Búnker, Companys contó cómo surgió este proyecto: «Este proyecto nació en 2016, con un grupo de amigas visitamos varios comedores y ahí se nos ocurrió hacer por redes sociales hacer una propuesta para que la gente donara diferentes elementos para armar una mochila. La gente que quería participar, escribía un mail y ahí le asignábamos un chico para que le armaran una mochila con los diferentes útiles que necesitaban para su edad».
En cuanto a la forma de trabajo, una de las creadoras del grupo, expresó: «Teníamos un punto de entrega en diferentes ciudades, como la Plata, Lanús. La gente entregaba ahí sus elementos y nosotros le dábamos las mochilas a sus padres y ellos le entregaban las mochilas a sus hijos. La idea era que sea una cuestión familiar y que los niños tengan ese regalo de sus padres. Salvo en el interior que los entregan directamente los maestros, ya que desde acá los enviamos a las escuelas».
Por último, concluyó con un resumen de cuánto fue el trabajo que se realizó: «Más de 20 mil mochilas entregamos desde que empezamos el proyecto. Cuando iniciamos, el proyecto era sólo entregar en un comedor de la zona. Luego se viralizó el proyecto y al año siguiente fue una explosión y entregamos en todo el país».