“EN SU AMBIENTE, DIEGO ERA FELIZ Y DEMOSTRABA LO QUE ERA COMO PERSONA Y JUGADOR”
Entrevistamos a Lucas Scarnato, reconocido delantero del ascenso, y hoy jugador de Atlas. El atacante nos demostró el otro lado del jugador, sus trabajos fuera del fútbol, el día en que conoció a Diego Maradona y demás.
El ascenso del fútbol argentino está lleno de historias, cada jugador tiene una diferente. En esta ocasión, Sector Prensa dialogó con Lucas Scarnato para conocer el lado B del jugador. El delantero de Atlas, quien marcó el primer gol del equipo en el clásico ante Alem, nos contó sus experiencias laborales fuera del fútbol, su visión del fútbol femenino, el día que conoció a Diego Maradona, entre otros temas.
SP: – Contame, ¿cómo conociste a Diego?
LS: – Lo conocí en Luján, en un partido por el campeonato. Estaba la posibilidad de que Rocío (Oliva) pueda venir a jugar, ya que que habían vuelto de Dubai con Diego. Estaba fichada en el club y las chicas ya la conocían. Sabían que con su llegada, Diego iba a venir y podrían conocerlo, pasar un momento único. Di el visto bueno, consensuado con todo el plantel, para que pueda jugar. El día del partido, a la hora citada, llegó Rocío acompañada de él. Fue algo increíble para todos, ya que más que el mismo partido, estábamos esperando para verlo a él.
– ¿Estabas dirigiendo el femenino de Luján?
– Si, dirigiendo y haciendo mi primera experiencia con el fútbol femenino profesional.
– ¿Qué más recordás de ese día?
– Tengo la foto de él con mi hija grabada en la cabeza, no se me va a borrar más. Las palabras que hemos intercambiado en el vestuario, cuando di una arenga contando un cuento, es de las pocas veces que escribí. Por lo general, los cuentos que elijo ya están escritos o los escuché en algún lado. Pero esa vez, me quedé la noche anterior escribiendo y comparaba la vida de esas chicas con las anécdotas de Diego. Él me miraba y escuchaba. Durante el partido hicimos una jugada preparada que salió muy bien, Diego salió de la silla donde estaba y me dijo «profe, mira que vi fútbol, ni el Barcelona hace esa jugada preparada». Me quedó eso, en forma de chiste, y consintiendo lo que hacía. Las dos veces que lo vi, contradigo todo lo malo que se dice de él. Pero porque, en su ambiente, él era feliz y demostraba realmente lo que era como persona y jugador.
– ¿Cómo es el tema de los cuentos? ¿Sos de escribir?
– Si, pero en pocas ocasiones. Lo hice más que nada para trasladar algunas ideas que surgen, de anécdotas o cuentos, para transformarlas en alguna arenga y resaltar valores que creo importantes para transmitir a mis compañeros.
– ¿Cuál es tu profesión paralela al fútbol?
– Primero, trato de ser el mejor papá que es una tarea muy difícil, más de una nena muy hiperactiva. Después, soy profesor de educación física. Hago personalizados, en algún momento trabajé en inferiores de Sportivo Barracas. En el fútbol femenino, tuve una escuelita. También, trabajé como árbitro.
– ¿Cuál fue tu primer trabajo?
– El primer año del profesorado, jugaba en San Miguel, a la tarde daba clases en San Miguel como profe a mis compañeros. Porque yo tenía edad de cuarta división, estaba en Primera, pero era profe de cuarta, quinta y sexta. O sea, de mis compañeros. Fue una experiencia hermosa, era increíble, Venía el coordinador de todos los profes y los entrenamientos no eran buenos, porque mis compañeros y algunos más chicos eran rebeldes, se quejaban de muchas cosas. Ahora, cuando estaban conmigo, era increíble como trabajaban. No sé si por la confianza, lo compañero que era o mi forma de ser, que respondían de esa forma.
– ¿Fuiste profe de tus compañeros en Primera?
– Si. Estaba el «Negro» Ríos, que en paz descanse, como técnico interino y no tenía profe. Me dice, «Lucas necesito que me des una mano, aunque sea esta semana, que le des algo a los chicos de la parte física». Yo era el más chico del plantel, estaban Martín Aragón, Diego Toledo, el «Mudo» Aguero, Gabi Páez y miles de otros compañeros. Me tocó dar la parte física, y mis compañeros respondieron como si fuera el profe, me respetaron e hicieron lo que pedía.
– ¿Trabajaste en un centro con chicos con discapacidad? ¿Cuál era tu rol?
– Si, ahí conocí a la mamá de mi hija. Estuve casi dos años, era profe de educación fisíca. Aprendí muchisímo, y me di cuenta de las cosas realmente importantes de la vida, afiancé los valores que mis padres me inculcaron desde siempre. Es una experiencia que le recomiendo a cualquier ser humano.
– ¿Cómo te reinventaste en la cuarentena?
– Estuve trabajando en la carnicería que tenía mi viejo. Después leía, quizás más que ahora, para pasar el tiempo. Disfruté de mi hija.
– ¿Otro de tus empleos fue en una cafetería?
– Si, de mucho más chico trabajé en una cafetería que tenía mi mamá en San Miguel. Un emprendimiento que había tenido con un socio. Durante mis tiempos libres en la tarde, la ayudaba a atender, en la parte de la cocina, preparando el café, haciendo minutas, pastelería, ya que es un rubro que me gusta y estudié. Uno de los trabajos que no tiene que ver mucho con mi profesión, pero me dio la experiencia de poder relacionarme con otro tipo de gente y conocer otro rubro.
– ¿Te gusta mucho el fútbol femenino? Lo pregunto por tus trabajos en la disciplina.
– Sí, creo que está en pleno crecimiento. Hay cada vez más chicas interesadas en el deporte, que lo hacen bien, y si le dan el interés necesario, en un par de años podemos pensar en una Selección Argentina protagonista de un Mundial. Hoy, quizás está por debajo del ranking de los mejores cinco, pero con un trabajo y apostando a ayudar a esas chicas que se dedican profesionalmente al fútbol, con el material que hay se puede pelear con las potencias.
Por: Ezequiel Olivera