lunes, mayo 20, 2024
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Gustavo Bellido: «Merlo es un municipio muy malvinero»

El ex combatiente de Malvinas destacó las actividades y la gestión del distrito en relación a los veteranos. Por otra parte, recordó sus experiencias en aquel conflicto bélico.

En el marco del aniversario número 41 de la Guerra en las Islas Malvinas, el Municipio de Merlo llevó a cabo un homenaje para los veteranos que estuvieron en aquel conflicto bélico. Gustavo Bellido, ex combatiente, dialogó con un medio radial y dijo que el distrito es «muy malvinero», destacando sus actividades y reconocimientos. Además, contó sus experiencias en el lugar y la lucha para lograr reinsertarse en la sociedad.

Su primer recuerdo de Malvinas: «En aquel momento, cuando tenía 18 o 19 años, existía el servicio militar obligatorio, yo lo había hecho, hacía 15 días que había salido de baja. Y el 2 de abril, cuando esos jerarcas nazis anunciaron con bombos y platillos que querían recuperar la soberanía de Malvinas, fue un manotazo de ahogado de unos tipos que generaron un debacle económica inferna; a mí me reincorporan. No se podía decir que no, no había muchas garantías en ese momento. Pocos días después, somos enviados a Malvinas y llegamos el 12 de abril», contó en Radio Búnker 94.9, en el «Tanke de Búnker» (lunes a viernes, de 10 a 13hs).

«Caí en ese lugar tan distinto, tan diferente al barrio de donde yo venía. Mucho frío y viento, llovía y paraba a cada rato. Además, nosotros viajamos de noche desde Río Gallegos hasta Malvinas, en un avión de línea que no tenía asientos, y tuvimos que hacer un campamento provisorio en el aeropuerto. Nos moríamos de frío. Cuando amanece, me encuentro con un panorama tan diferente, desolado, y no había nada de árboles, sólo montes. Después de tomar un mate cocido, nos fuimos caminando a unos 12 kilómetros del aeropuerto, era alrededor de una escuela rural», agregó.

Bellido afirmó que no se encontraba preparado para la guerra: «Yo creo que ni los ingleses, los profesionales, tampoco estaban preparados para lo que vivimos después, los bombardeos, los combates. No teníamos conciencia. Hasta el 2 de mayo, cuando cayeron las primeras bombas en el aeropuerto, teníamos cierta tensión, pero estaba la posibilidad de que todo terminara en nada. Caí que estaba en guerra el 2 de mayo. Parecía que estábamos en una película, pero era real».

El ex combatiente, reveló que aún tiene pesadillas con hechos sucedidos en el conflicto bélico: «Los sonidos de bombas y aviones fueron menguando, lo que no se va más son los sueños y pesadilla sobre hechos puntuales. Eso es parte de una patología que sufrimos todos, que pasamos por un hecho traumático de semejante magnitud».

Su regreso al país: «Tuve un regreso bastante particular, me evacuaron el 14 a la madrugada, porque estaba congelado y tenía hasta las rodillas violeta, de hecho, quisieron amputarme el pie izquierdo en Malvinas para solucionarlo fácilmente. Después de un hecho traumático que se dio en el hospital de Malvinas con un compañero, que me salvó, decidieron evacuarnos y sin operar. En el continente se agarraron la cabeza cuando les contamos que me querían amputar. Después de eso volvimos ocultos, la mayoría de los veteranos volvieron de noche en los camiones que los transportaban, con la lona baja, para que el pueblo no se entere que estábamos volviendo. Después, en su mayoría, fuimos sometidos a un interrogatorio donde nos hicieron firmar unos papeles para no contar lo que vimos en Malvinas. Luego, nos llevaron a distintas unidades para engordarnos. Esto le pasó a todos, los dejaban internados en las unidades y les daban de comer tres o cuatro veces al día. Después de eso, volví a mi casa y me llevó mi papá, me esperaba el barrio, tuve un recibimiento muy efusivo por parte de ellos. La población siempre fue condescendiente con los veteranos, los que nos negaron fueron los militares y representantes del Estado de los gobiernos posteriores, hasta que llegó Néstor Kirchner», describió.

«Yo trabajo en un programa de salud para veteranos de Malvinas, que es del Ministerio de Salud bonaerense, soy un nexo entre ellos y los profesionales. Todos padecemos del síndrome de estrés postraumático, es una alteración del ánimo y la personalidad. Hay enojos y bajones exacerbados, cuando hablamos de bajones, hablamos de cuadros depresivos. Muchos no han soportado la posguerra y se han quitado la vida, en un número que supera los 650 argentinos, lo que supera a los caídos en la guerra», enfatizó con sobre los veteranos que se suicidaron luego de la guerra.

Su lucha para reinsertarse en la sociedad: «Fue un proceso largo, de hecho, hay muchos compañeros que todavía están en el ´82, desde la forma de pensar y el relato mismo. Todos pasamos por la etapa de la queja, el por qué de nuestro destino, más allá del orgullo que fue haber luchado por tu país, representar a tu barrio y gente. Superada esa etapa, empezamos a juntarnos, lo que fue un hecho muy importante en esta historia, y empezamos a hacer y aprender. Empezamos a estudiar, nos preparamos para ver cómo se hace un proyecto de ley, cómo se presenta ante los funcionarios y las cámaras del Congreso, cómo se pelea. Comenzamos a militar y luchar por lo que eran nuestros derechos. Eso te da energía, ganas de vivir, y así fue cambiando la cosa», explicó.

Consultado por la situación de los ex combatientes en Merlo, remarcó: «Merlo se ha convertido en un municipio muy malvinero, con acciones que van desde los histórico hasta lo geopolítico y la memoria».

En esa misma línea, Bellido anticipo la actividad que se realizará en el distrito: «El 23 de abril se va a hacer la segunda edición de la carrera ´Soberanía con Memoria´. Se va a hacer en la cancha de pato, el año pasado tuvo a más de ocho mil personas corriendo, y es una forma de asociar a los centros de veteranos con la vida».