“PREFIERO RETIRARME DENTRO DE UNA CANCHA, NO EN UNA PANDEMIA”
Sector Prensa dialogó con Ariel Cafferata, el histórico jugador de Deportivo Laferrere eludió el retiro durante la pandemia. El defensor nos contó sobre «Garrafa» Sánchez y el record de Bochini que superó jugando en la C.
En un fútbol donde se acostumbra a ver a los jugadores cambiando de equipo de manera muy seguida, aún se siguen viendo historias de «lealtad» hacia un club. Así como Ricardo Bochini en Independiente, Carles Puyol en Barcelona, Francesco Totti en Roma, entre otros, Ariel Cafferata lleva más de 20 años jugando en Deportivo Laferrere. Entrevistamos al «Chino», histórico defensor del Villero, que nos contó acerca de su vida, el récord batido al mismo «Bocha» vistiendo la camiseta (más de 638 partidos jugados), el retiro, su recuerdo del ascenso con la institución en quiebra y de «Garrafa» Sánchez.
SP: – ¿Cómo comenzó tu carrera e historia con Laferrere?
AC: – Yo vivía a cinco cuadras de la cancha, con mi viejo íbamos a ver siempre los partidos de Lafe cuando era chiquito. Con los amigos del barrio nos fuimos a probar, una travesura de pibes. Ahí empecé a jugar en el baby del club, después pasé a la cancha grande. Iban pasando los años y subía en las inferiores. Cuando llegué a quinta, ya me subieron a la reserva. Estuve poco tiempo ahí, a los 17, ya estaba jugando mis primeros partidos en Primera en el año ´97. Bastante tiempo pasó hasta ahora.
– ¿Qué te acordás de cuando ibas a la cancha con tu papá?
– Cuando pisé la cancha por primera vez con mi viejo, la verdad que quedé deslumbrado, ya nos hicimos hinchas desde ese momento. Desde aquel día, Laferrere se me metió en el corazón. A mi viejo le decía que iba a jugar en esa cancha, en Primera. Poder cumplirlo fue algo muy lindo para él, para todos, que me apoyaron en todo momento. Esa anécdota todavía me la sigue repitiendo él cuando nos juntamos, que yo le decía que iba a jugar ahí. Estoy agradecido a mi familia por el apoyo, porque no es fácil.
– ¿Es verdad que tu familia no te presionó con buscar trabajo y dejó que te dediques al fútbol?
– Siempre me apoyaron en el fútbol. Era una situación difícil, también. No éramos una familia que tiraba manteca al techo, pero era todo muy sacrificado. Mi viejo laburaba, se iba a las cuatro de la mañana y volvía a las diez de la noche. Mi vieja, a veces, iba a trabajar en las casas para limpiar. Ellos ponen primero el estudio, es lo que nos inculcaron, que estudiemos. Cuando arranqué con el club se fueron enganchando, tuve la suerte de debutar muy chico. Eso también me ayudó bastante, porque llega una edad donde antes era el estudio o trabajo, no como ahora que capaz podes hacer las dos cosas o te bancan un poco más. Yo tuve suerte, eso me ayudó a poder darle una mano a mi familia, empecé a cobrar mis primeros sueldos, que no era mucho, pero era un ingreso más y los ayudaba como ellos hicieron conmigo.
– Hoy que ven la carrera que hiciste ¿Qué te dicen y qué pasa por tu cabeza?
– Ellos, orgullosos. Me acompañaron siempre, estuvieron y se sienten bien, ven el sacrificio que hicieron e hice yo para conseguir algo que a muchos no les toca. Hoy ser un jugador conocido, no sólo en Laferrere, también en el ascenso, a ellos los llena de orgullo. A todos, mi familia, mis hijos, mi señora. Creen que todo el sacrificio que hice tuvo sus resultados, uno cuando camina por la zona la gente te hace sentir su cariño, el agradecimiento por todos estos años. Eso te llena de orgullo, es impagable e importante para un jugador de ascenso como yo, que no tuvo la posibilidad de jugar en Primera División y de llenarse los bolsillos de plata. Pero bueno, siempre traté de dar lo mejor desde el lugar que le tocó. Estoy agradecido al fútbol y Laferrere.
– Sos el Bochini del ascenso, así te empezó a llamar mucha gente, ¿no?
– Si, la mayoría me dice así por el récord que pasé. Para mí, que me conozcan en otros lados, otras canchas, como me pasa, ya es lo más. Eso quiere decir que en todos estos años, no es solamente si lo hice bien o mal, sino el respeto que me tienen. Eso se gana con la humildad, creo que fui un jugador humilde, donde siempre di lo mejor y nunca quise sacar ventaja, eso también se reconoce. Cuando me toca ir a una cancha visitante, la gente te saluda o te reconoce la trayectoria. No solamente la gente de Laferrere, sino de otros clubes. El otro día, cuando fui a Ituzaingó, se acercaban a saludar. Eso no se gana fácil, pero yo, gracias a Dios, me lo gané y lo disfruto. Es muy difícil hoy que te pase esto, hay muchos que tienen la mala suerte de pasar desapercibido, a pesar de jugar tantos años.
– ¿Te contactó el «Bocha» cuando superaste su récord?
– Si, me llamó y felicitó. Un fenómeno. Aparte él venía a ver a Laferrere, era amigo del «Tano» Passini cuando dirigía, así que venía a la cancha de vez en cuando. Lo veía seguido. Cuando me llamó, fue algo muy lindo, son recuerdos que te quedan en el paso del fútbol. Me sorprendió, muy lindo gesto.
– Hablando de grandes jugadores, te tocó compartir cancha con «Garrafa» Sánchez.
– Tuve la suerte de compartir lo último de «Garrafa» en Laferrere. Compartí auto, porque me llevaba a entrenar con él. Un loco bueno, como le decían todos, tenía humildad, era un nene y lo disfrutaba mucho. Venía a entrenar con alegría, nos llenaba a todos, nos contagiaba esa felicidad. Tuve la suerte de compartir cancha, vestuario y viaje de entrenamiento.
– ¿Qué recordás del ascenso de Lafe a la B Metro? ¿Cómo se salió adelante con un club en quiebra?
– El sacrificio que hizo todo el plantel, cuerpo técnico, dirigentes y los hinchas. El club estaba al borde de la desaparición, no teníamos nada, estábamos en quiebra. Se logró un campeonato que nadie lo esperaba, con mucho sacrificio y no había un peso. Cuando ganábamos un partido, nos llevábamos una bolsa de mercadería como premio porque teníamos un auspiciante de un supermercado y nos donaba eso si ganábamos un partido. Para nosotros era como llevarnos plata. Era muy difícil hacer las pretemporadas, a veces no tenía lugar para entrenar ni ropa. Todo el plantel le puso el pecho y logramos algo que fue muy de nosotros, los hinchas y dirigentes nos apoyaron mucho. Fue festejado de la manera que lo ganamos, con el sacrificio, se consiguió un objetivo que valió más que la plata.
– ¿Te llegaron ofertas para dejar el club?
– Si, tuve algunas ofertas, pero el club estaba en quiebra. Estaba manejado por una jueza de un juzgado, y cuando me llegaba una propuesta, ella quería vender jugadores pero era difícil que compren a un jugador del ascenso, más de la C. Por ahí se me caían las ofertas, pero tuve varias posibilidades de irme. Pude haberme ido a Almagro en el Nacional B, Sarmiento de Junín, Platense, equipos importantes de la categoría. No se pudo dar, la situación del club no me acompañó o ayudó a progresar e ir a probar suerte en otro lado. Como le digo a todos, las cosas pasan por algo. Si hubiera cambiado de club, no sé como hubiera terminado. Los años pasaron y yo me quedé acá, ya de grande es muy difícil irse y estoy al borde del fin de mi carrera. Estoy disfrutando los últimos momentos que me quedan, no me reprocho nada, porque el fútbol tiene esto, a veces tenés suerte y otras no. Por ahí me queda la espina de que hubiera pasado si cambiaba de club, donde habría llegado.
– ¿Se puede decir que es amor y esfuerzo lo que hiciste para quedarte tanto tiempo? Se sabe que en el ascenso no hay grandes sueldos.
– Se puede decir que sí. Es difícil jugar en el ascenso, los sueldos no son muy altos, pero a veces es lo que hay. Hoy quizás es un poco más fácil que un jugador del ascenso llegue a Primera División o pueda emigrar al exterior, antes era muy difícil y no era tan visto. Como hablábamos con unos compañeros, que nos tocó vivir eso, nacimos en una época difícil del fútbol, hoy cambió bastante y es más fácil llegar a clubes importantes. Lo vivido queda en el recuerdo, gracias a Dios me quedan muchos muy lindos.
– ¿La pandemia te pudo haber retirado?
– Durante la pandemia, si, se me cruzó por la cabeza. Fue una situación difícil, donde iba a costar volver, y es lo que me pasó, porque uno decía que iban a ser uno o dos meses y ya volvemos. Iba pasando el tiempo y cada vez era más difícil la vuelta, cuando volvimos me costó un montón en la parte física. Veía muchos jugadores que tomaban esa decisión, uno lo analizaba. Después, pensando, y lo rápido que me puse bien en lo físico me ayudó a reflexionar y decir «vamos a jugar un año más». Prefiero retirarme de la mejor manera, no en una pandemia, sino dentro de una cancha y jugando.
– Cuando decías de jugar un año más, ¿quiere decir que te pusiste una fecha de retiro?
– Yo siempre digo lo mismo, hace años que vengo diciendo «un año más», pero termina el año y sigo otro más. Uno quiere terminar este año, después en las vacaciones ponerse a pensar y vamos a ver qué decisión tomar. Durante el transcurso del año tengo que pensar en, primero hacer bien el trabajo en el club y después ver otras opciones para cuando me retire. Quiero tener todo planeado para retirarme y no deambular por todos lados, sino tener algún proyecto. Todos los años digo lo mismo, pero la fecha de retiro no es exacta. Pero vamos a ver cómo termina el año y mis ganas, que influye mucho.
– ¿Te pusiste un negocio en la cuarentena?
– En realidad lo pusimos antes de la cuarentena, el año anterior. Una cafetería, acá en Laferrere. Lo pusimos con mi señora, nos agarró la cuarentena y tuvimos que subsistir como pudimos. Fue muy sacrificado, pero lo tratamos de mantener, lo pudimos hacer y todavía está abierto. Después de un año difícil, en el primer año costó porque recién abríamos, y cuando parecía que ibamos a mejorar un poquito, nos tocó la cuarentena. Ahora está mi señora manejando el negocio, trato de ayudarlas en algunas cosas.
– ¿Te gustaría seguir ligado a Laferrere después del retiro?
– Si, puede ser. Son muchos años que estoy ligado al club, conozco a todos, sería una posibilidad. Ahora trato de disfrutar los últimos momentos de mi carrera, de estar tranquilo en lo que hago, enfocarme en esto y después si se da esa posibilidad, encantado. Me gustaría trabajar en el club, poder brindarle todo lo que aprendí en estos años y ayudar que también sería importante.
– ¿Cuál sería el cierre soñado para tu carrera?
– Primero, tratar de salir campeón y ascender otra vez con este club. Eso sería una ayudita para poder tomar esa decisión. Si se logra cerrar con un campeonato, para mí sería lo máximo.
Por: Ezequiel Olivera