Agustina Valdéz: primera jugadora de zona oeste en integrar el seleccionado nacional de hockey LGBT
La deportista merlense, que se desempeña en Halcones de Libertad, contó su historia de vida. Además, se refirió a sus inicios en el deporte, la discriminación y su faceta fuera del hockey.
Agustina Valdéz se transformó en noticia en los últimos días, debido a que será la primera jugadora de hockey trans en zona oeste que integrará la Selección Argentina LGBT. En una entrevista radial, contó que la Intendenta de Merlo la citó y le brindó ayuda para disputar el torneo La Igualdad, en San Luis. Otros temas fueron la discriminación y aceptación, sus profesiones, la etapa como estudiante y los comienzos en el deporte. Conocé sus historia de vida.
«Yo había hablado con el director técnico de la Selección Argentina la posibilidad de que me ayuden a pagar los pasajes. Me dijo que eso depende mucho del gobierno de la provincia a la que vayamos, en Chaco nos dieron un subsidio y pagué la mitad. Ahí hicimos el test match con las otras chicas, una prueba, y si todo iba bien, me iban a citar para este torneo de San Luis», contó Valdéz en Radio Búnker 94.9, en el «Tanke de Búnker» (lunes a viernes, de 10 a 13hs).
La ayuda por parte de la Municipalidad de Merlo: «Me dijeron que podía acercarme al municipio de Merlo y ver si me podían ayudar, entonces fui a la Secretaría de Deportes y me pidieron, ese mismo día, una carta donde comentara lo que necesitaba. A las dos horas, la secretaria de Karina Menéndez me dijo que no llevara nada, que la Intendenta quería verme personalmente. Fui el miércoles», destacó.
El encuentro con la Intendenta Karina Menéndez: «Me recibió con un abrazo, hablamos varias cosas y entramos en confianza. Fue divertido el encuentro, no sentí nervios», expresó.
Los inicios en el hockey: «En plena pandemia, con mi mejor amiga dijimos hacer gimnasio o un deporte. Tenía una amiga que hacía hockey y me invitó a ver. Hice todo el entrenamiento físico, pero no entré a jugar porque no sabia que hacer. Teníamos dos clases gratis, a la segunda me daba lo mismo. Me hicieron entrar a jugar, desde ahí quise ir siempre», recordó.
«Al principio me costó, pero sentía que podía dar más. En los primeros amistosos me la pasaba llorando porque nos hacían varios goles, yo estaba en la defensa. Yo sabía que podía hacerlo mejor, por suerte pude», agregó.
Su llegada a la Selección Argentina y el cambio: «Mi amigo me mandó por Instagram una publicación, yo mandé un mail preguntando si era un club, me dijeron que no tenían sede porque las chicas de otras provincias no podían ir todos los días a entrenar. Pero que si tenía ganas, que me presentara al test match de un torneo en el Chaco. Nunca había viajado sola, nunca estuve tanto tiempo sin mi familia y no jugaba en cancha de once. El primer amistoso fue contra un seleccionado del Chaco, no hice nada de los nervios. El técnico me dijo que vaya al ataque, cambié de puesto, y empecé a hacer goles y dar asistencias», remarcó.
La deportista tiene su faceta de influencer en redes sociales, ya que cuenta con 34 mil seguidores en Tik Tok, y explicó: «Es cuestión de suerte. Capaz hiciste un vídeo muy elaborado y no lo ve nadie, y capaz con algo simple si. Yo hice vídeos de humor, tenía 50 mil visitas, pero en seguidores iba normal. Una vez hice de un baile brasilero, con la ropa de hockey, y cuando volvía tenía 7 millones de vistas. Después de ese, fue bajando a 1 millón, 800 mil y así».
Su etapa como estudiante en la Escuela Técnica Nº 5 de Libertad: «Los primeros años fui al San Luis, en Pontevedra, después me pasaron para cambiar un poco las amistades. Se olvidaron de mí y mi amiga en la inscripción, no teníamos aula. Después, con 12 o 13 años, teníamos compañeros de 18. Hasta que nos pusieron con alumnos de nuestra edad», señaló.
«Tuve, y tengo, mucha suerte, porque tengo conocidas que las echaron de las casas, les pegan en las calles. En Merlo, nunca me pegaron en un boliche ni me insultaron. Desde mi punto de vista, es más tranquilo. Nunca me pasó que no me dejen entrar, capaz es incómodo el momento del DNI, ahora ya lo cambié, pero iba como mujer y tenía el de masculino. En mi casa está todo bien, a mi papá le costó un poco pero ahora lo toma bien, me trata en femenino y me dice reina. No me puedo quejar de nada», destacó sobre la aceptación de su entorno y la sociedad en Merlo.
Si bien tuvo apoyo, Agustina reveló también haber sufrido bullyng años atrás: «En primaria sufría los típicos comentarios, recibía preguntas de chicos de 10 u 11 años, que suelen ser crueles por las formas. La saqué bastante barata. Y en la secundaria, hasta tercero o cuarto, después ya nos conocíamos».
Aunque la pandemia le trajo malos momentos, supo convertirla en una oportunidad: «A los tres, cuatro meses de la pandemia me enfermé, me operaron. En ese momento, perdí 15 kilos en dos semanas. Sumado a eso, me diagnosticaron depresión y ansiedad, tenía asistencia las 24 horas. Con la terapia salí adelante. Cuando lo superé, dije que si no hacía todo ahora, no lo iba a hacer más. Hice modelaje, ya lo venía haciendo, auxiliar de farmacia, empecé hockey. De ahí, vino todo lo lindo», subrayó.