«La democracia siempre está en riesgo de ser erosionada o salvada»
El historiador y politólogo, Hernán Brienza, analizó el proceso de la democracia en el aniversario 40 de su retorno. «La gran deuda es mejorar las condiciones materiales de los sectores populares», remarcó.
Este 30 de octubre no es un día más en la vida de los argentinos, se cumplen cuarenta años del retorno de la democracia. En esta fecha, pero del año 1983, se llevaron a cabo las elecciones que ganaría Raúl Alfonsín y pusieron fin a la dictadura cívico-militar. Hernán Brienza, historiador y politólogo, recordó lo que vivía la sociedad en aquel momento. Además, analizó el proceso democrático y remarcó que «siempre está en riesgo de ser erosionada, pero también de ser salvada».
«Yo creo que la democracia no es un punto de partido ni de llegada, es un proceso que se va mejorando asimismo. Está muy bien cuestionar la democracia, pero sin negar su perfectibilidad. Uno puede criticar, teniendo en cuenta cuánto democrático fue o no, en que aspectos lo fue. Yo creo que fue un proceso de mucha apertura democrática, en cuestiones como la materia civil, comercial, económica, y derechos humanos. Al mismo tiempo, la gran deuda de la democracia es no haber podido mejorar las condiciones materiales de la mayoría, democratizar la riqueza del argentino, y que la mayor transferencia de ingresos de los sectores populares a los sectores concentrados de la economía se dio en un proceso democrático, como lo fue el neoliberalismo. Eso también es una deuda de la democracia para seguir pensándose a los próximo 40 años», analizó en entrevista con «El Tanke de Búnker», en Radio Búnker 94.9, sobre el proceso democrático.
La posibilidad de perder la democracia: «La democracia siempre está en riesgo de ser erosionada, pero también de ser salvada, esa es la gran característica que tiene. Creo que los discursos de violencia, autoritarios, que no permiten la pluralidad, hablan de exterminar al otro, son predemocráticos. Aprovechan el descontento que hay sobre algunas cuestiones de la democracia para generar un autoritarismo muy fuerte», remarcó.
En ese contexto, se refirió al neoliberalismo: «Adoran a una deidad que no conocen. Ese es el síntoma de los liberales en Argentina, quieren libertad para ellos, pero represión para los demás. No son realmente liberales, ese pensamiento es el padre de todos los autoritarismos en la Argentina», sostuvo.
Los puntos a fortalecer en la democracia: «El gran problema fue no haber mejorado las condiciones materiales de los sectores populares. Ese es el gran desafío, cumplir que con la democracia se come, se educa y se cura. Sin esa mejora para los sectores populares, la democracia es solamente una cuestión formalista», opinó.
El recuerdo de aquel 30 de octubre de 1983: «Fue un año muy movido. Ese año ’83, de mucha liberación y desahogo, fueron tiempos donde la gente aplaudía en los cines a las películas que representaban el sentir de lo popular. Mi mamá me había llevado a ver ‘La República Perdida’, y la gente aplaudía cuando veía a Perón o distintos líderes populares. La gente hablaba de política, a la policía se la paraba y se le decía que ya se le iba a acabar. Era una libertad, comparada con la de ahora, mucho más recortada», relató Brienza.