viernes, noviembre 22, 2024
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“No es razonable pensar en un ajuste”

El presidente realizó la última cadena nacional de su gestión. A dos días de la asunción de Javier Milei, le dejó un mensaje al presidente electo y con tono de autocrítica marcó: “Me reprocho no haber sido capaz de terminar con la grieta”.

Alberto Fernández dejó su último mensaje como presidente de la Nación mediante la cadena nacional. Durante los casi 33 minutos que duró el discurso (grabado) hizo un balance de su gestión, con amplia valoración de varios hechos y con algunas autocríticas.

Más allá de destacar los “logros” de su gestión y el acento en la pandemia, la guerra Rusia-Ucrania y la sequía para justificar las falencias de su etapa como presidente, el mandatario hizo hincapié en la situación económica del país que le dejará a Javier Milei de cara al 2024: “El año entrante ingresarán, producto de nuestras exportaciones agrícolas y ganaderas, de nuestras exportaciones de gas y de litio, alrededor de 35.000 millones de dólares. Además, gracias al gasoducto que construimos, dejaremos de gastar 5.000 millones de dólares para importar gas licuado. De aquí hasta el 2030 las estimaciones marcan que las exportaciones sumadas de bienes y servicios crecerán el 80%”, detalló.

En esa línea, Fernández instó al presidente electo a no realizar ajustes: “Con semejante escenario no es razonable pensar en un ajuste que detenga nuestra producción y restrinja el empleo y el consumo que tanto nos ha costado recuperar. Debemos cuidar que bajo el argumento de querer resolver el problema fiscal, no se vulneren los derechos de los que trabajan ni se frustren las aspiraciones de los que invierten y producen”, advirtió quién este 10 de diciembre entregará el bastón y la banda presidencial a Milei en el Congreso de la Nación.

Siguiendo con su línea discursiva, ejemplificó para valorar el rol del estado: “Si el plan de viviendas que nosotros impulsamos continuara, el año entrante otras 50 mil familias estarían accediendo a una vivienda propia. Ahí está la trascendencia de un Estado presente. Si el Estado no lo hace no habrá nadie en el mercado que se preocupe de hacerlo”.

Con tono autocrítico, el presidente en funciones hasta el domingo, lanzó: “Si de algo me reprocho es de no haber sido capaz de haber terminado con la grieta que nos separa y nos enfrenta. He aprendido que para cerrar la grieta no hace falta someter al otro, no se trata de ver quién impone su relato. Lo que hace falta es caminar junto al otro, aprender a profundizar los acuerdos y minimizar las diferencias”.

Sabemos que no alcanzamos los objetivos que nos propusimos en el fortalecimiento del ingreso, la lucha contra la inflación y la disminución de la pobreza. Porque las circunstancias y el contexto no nos acompañaron y también porque deberíamos haberlo hecho mejor o diferente. Asumí el gobierno en diciembre del 2019 en una situación calamitosa, con altísimos índices de pobreza e inflación y una deuda que nos comprometía por generaciones. Soy plenamente consciente de que el voto popular de ese momento expresaba la esperanza de terminar de una vez y para siempre con esa herencia y que no logramos plenamente el cometido”, siguió diciendo con juicio a su gestión pero subrayando la “herencia” recibida del macrismo. “Como siempre nos marcaba Néstor, como siempre creyó Cristina, estoy convencido de que hacemos política para poder transformar la Patria. Mi reconocimiento también a ellos”, concluyó con palabras elogiosas para Néstor Kirchner y Cristina Fernández, quién lo eligió para ser su compañero de la fórmula que en horas termina su mandato.