Ituzaingó incorpora la enseñanza de Lengua de Señas Argentina en sus jardines municipales
Con el proyecto “Comunicación Sin Fronteras”, el municipio de Ituzaingó suma la enseñanza de Lengua de Señas Argentina (LSA) en el nivel inicial. La propuesta, pionera en la provincia de Buenos Aires, busca promover una educación inclusiva desde la primera infancia, integrando la LSA como parte de las Prácticas del Lenguaje a través de actividades lúdicas, y fortaleciendo valores como la empatía, el respeto y la diversidad.
En el marco de la propuesta educativa de los jardines de gestión municipal, Ituzaingó presentó el proyecto “Comunicación Sin Fronteras”, una iniciativa que promueve la enseñanza de Lengua de Señas Argentina (LSA) en el nivel inicial, desde la mirada pedagógica y el compromiso con una infancia diversa y plural.
La iniciativa fue presentada el 20 de mayo, en el Jardín Municipal N°2 Juana Consejero, y prevé desarrollarse en los cinco jardines de gestión municipal, a través del trabajo del equipo de docentes, profesionales de la educación especial y especialistas en LSA, junto al acompañamiento de las familias y la comunidad educativa. El proyecto surge a partir de la implementación de políticas educativas con mirada inclusiva, apoyadas en un diseño curricular del nivel, que posibilita la sistematización pedagógica.
“Es un orgullo para Ituzaingó implementar este proyecto, que representa una propuesta innovadora dentro del nivel inicial en la provincia de Buenos Aires, porque no existen, hasta el momento, experiencias sostenidas, que integren la enseñanza de la LSA dentro del área de Prácticas del Lenguaje en jardines de infantes”, destacó Celeste Politano, directora general de Educación. Y agregó: ”Estamos ampliando el horizonte de la comunicación, el acceso al conocimiento y la mirada sobre la diversidad en las infancias”.
De acuerdo a las áreas disciplinares y el diseño de las estrategias pedagógicas de los jardines bajo la órbita del Gobierno Municipal, la LSA se trabajará de manera lúdica, con canciones, cuentos, juegos y situaciones significativas de la vida cotidiana del jardín.
“La práctica desde temprana edad no solo favorece la comunicación alternativa y argumentativa, sino que potencia las funciones ejecutivas, como la atención, la memoria de trabajo, la planificación, la flexibilidad cognitiva y el control inhibitorio. Además, fortalece la coordinación motora y la expresión corporal, promoviendo valores como el respeto, la empatía y la escucha activa”, explicaron.