«El handball del GEI se está armando, está en formación»
Sector Prensa habló con Alejandro De La Quintana, quien actualmente es entrenador de handball en el GEI. El director técnico dijo que la disciplina se encuentra en formación, se refirió al objetivo del Super 8 e hizo un repaso por su carrera, además de otros temas.
Toda una vida con el handball, tanto como jugador y entrenador. Formador y conductor de equipos recordados y que dejaron una huella en la disciplina. Sector Prensa dialogó con Alejandro De La Quintana, actual DT de Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó, quien estuvo cerca de ascender con el club este año. Nos contó cómo se encuentra hoy el deporte en el club, recordó su campeonato con Dorrego, explicó que busca en sus dirigidas y cómo se forma un equipo. Por otra parte, mencionó hechos que marcaron su carrera y su etapa en Ferro de Merlo, como arquero, donde cortó hegemonías de equipos denominados grandes, haciendo historia.
– ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del handball?
– Fue como la mayoría de los chicos, en la escuela descubrí el deporte, gracias a un profesor que tuve en el secundario, Ángel Gómez. Él organizaba los intercolegiales, competíamos contra otras escuelas. A mitad de año, había varios chicos que estábamos entusiasmados y no ofreció acercarnos al club Defenores de Moreno, el único que practicaba el deporte. Empecé a jugar en 1981.
– ¿Cómo fue esa primera experiencia? ¿Eras arquero?
– Era todo un mundo nuevo. Era entrenar fuera del horario escolar, donde se trabajana un poco el tema físico y técnica. Yo empecé como jugador, armador central, y un par de años después, como era uno de los más chicos de la categoría y faltaban arqueros, preguntaron quién se ofrecía y yo pregunté si iba a jugar todo el partido. Me dijeron que sí. Entonces dije que me animaba, porque yo jugaba pocos minutos por ser el más chico. Ahí empecé a atajar y terminé siendo arquero en mi carrera.
– ¿Cuál fue el salto grande en tu carrera, o dónde creés que estuvo el punto más importante?
– El salto más grande lo di cuando me fui de Defensores de Moreno a Ferro de Merlo. Mi primer entrenador en Defensores ya se había ido hace un par de años, estaba en Merlo, y me fui junto con él. Al principio era Deportivo Merlo, después se transformó en Ferro de Merlo. Fue el club con el que llegamos al punto máximo de mi carrera, del grupo en general. Fuimos campeones metropolitanos, jugamos dos panamericanos y seis nacionales. Como jugador, fue el punto más alto que logré deportivamente.
. ¿Qué recordás de esos logros y épocas?
– Para nosotros fue muy importante, éramos un club humilde, sin muchos antecedentes deportivos, como sí lo tenían Ferro Carril Oeste, River. Nosotros nos metimos ahí, entre medio de todos esos. Logramos un campeonato en medio de la hegemonía del club Nuestra Señora de Luján, que en ese momento de los 14 integrantes que tenía en su planilla, 9 eran de la Selección Argentina, eran la base, y por diez años ganaron todos los campeonatos. Desde el año ’92, ’93 al 2001, ganaron todos los torneos, menos en el ’95. Salir campeones nos permitió jugar los nacionales de clubes. Al salir subcampeones de ese torneo, que ahí se vengó Nuestra Señora de Luján y nos ganó la final por un gol, nos permitió jugar un panamericano de clubes. Durante más de diez años, disputamos todos los torneos y siempre estuvimos en el podio. Estuvimos jugando todos los nacionales, han sido épocas hermosas. Agarramos la época de la televisación, estaba TyC Sports. En mi caso que era árbitro, me tocó jugar justo un partido para la tele. Yo era arquero en ese momento, tenía barba candado, y me tocó dirigir en los torneos bonaerenses. Los chicos, que veían los partidos televisados, me reconocieron y em apodaron «Lechuga» Roa.

– ¿Por cuáles clubes pasaste después de Ferro de Merlo?
– Después de Ferro, estuve en Juventud Unida, un club que buscaba ascender a Liga de Honor. Se había formado de un profe amigo, que quería tener refuerzos de experiencia, y estuve jugando un año ahí. Después jugué en Dorrego, donde también trabajé. Y después me di un último lujo, armé un club en el colegio Mariano Moreno, en Moreno, donde estudié y trabajé toda mi vida, y llegamos a Liga de Honor con las chicas. Y después de un paso por Chile, traje a mi primer entrenador al club y me dijo que estaba para jugar, estábamos en Segunda. Me dijo de jugar, obviamente le dije que sí. Ascendimos de Segunda a Primera, y de ahí a Liga de Honor. Y me di el lujo de jugar Liga de Honor con 46 años, ahí cerré mi carrera. Ya venía trabajando como director técnico hace unos años. Y uno siendo arquero, por ahí se tiene una visión un poco más de juego y me sentía un poco técnico. Arranqué entrenando a chicos, nenes, y no se me hizo dificultoso el cambio.
– ¿Cómo fuiste combinando ambos roles?
– Entrenar y trabajar fuera de los horarios que entrenaba me permitió acomodar los horarios. Los clubes donde fui a trabajar, me terminaban ofreciendo que me quede. Nunca fue un problema. Nunca jugué en los equipos que yo entrenaba, no me parecía correcto.
– ¿Qué buscás como entrenador a la hora de armar los equipos? ¿Cuál es tu pensamiento?
– Primeramente, lo más importante para mí es conformar un equipo, eso lo he aprendido a lo lar de mi carrera y vida personal. Primero está el equipo, después el individuo. Lo que busqué siempre, es que los equipos entiendan y tengan un objetivo, que tienen que ir por un sacrificio y dejar todo por eso. Eso es lo que me ha llevado a obtener resultados en todos lados, que entiendan que el sacrificio tiene que ser de todos, y que la suma de eso nos va a dar el objetivo principal. Las cosas no llegan solas.
– ¿Cómo se forma un equipo con confianza y ganador?
– En principio, busco generar sentido de pertenencia, responsabilidad y prioridad por el equipo. Después, siempre darle valor al aporte de cada uno, y que sepan el lugar que ocupan, que sean fuertes en lo que mejor hacen y ese sea su aporte. Construir a base del granito de arena que aporte cada uno. De ahí, buscar todos los días que sean un poco mejor que el anterior.

– ¿Cómo se arma un equipo de cero?
– Comunmente, primero es hacer un diagnóstico de que tipos de jugadores tenés, para saber qué sistema ofensivo y defensivo podés usar. Después, ir formando los jugadores de acuerdo a lo que vas a querer buscar, mejorando la técnica individual y la toma de decisión. Así, podés moldear al equipo con lo que más te guste.
– ¿Te adaptaste rápidamente a comandar un grupo de chicas? ¿Qué diferencias hay?
– Es realmente distinto al trato con los varones. Por ahí necesitan más refuerzos, en el sentido de darles confianza, de hacerles sentir que son capaces de hacer cosas que no se animan. Muchas charlas, animarlas a intentar, no retarlas ante la frustración, sino que se deben animar. En ese sentido, el varón se repone más rápido. Insisto en la preparación física, en la cual las chicas hacen diferencia cuando logran ponerse en su mejor estado.
– ¿Hay algún hecho o título que haya marcado tu carrera?
– Creo que hay dos cosas que me marcaron como entrenador. Una, llevar a un club desde cero a lo más alto, como fue con el CID, mi escuela y lugar de trabajo como docente. Formé todas las categorías, tanto femenino como masculino, lo que me permitió tener mi experiencia internacional en el puesto de head coach, en Chile. Luego, los torneos que ganamos con Dorrego, me llevaron a la máxima escala metropolitana y del país, con los torneos metropolitanos y nacionales.

– ¿Cómo fue transitar ese camino con Dorrego?
– Tengo mucha gente conocida en el club, en ese momento, mi hijo jugaba ahí. Me preguntaban cuándo iba a ir a dirigir. En diciembre de 2016, dejó el club donde estaba trabajando y me contratan en Dorrego. Cuando agarré, venían de pelear los puestos de abajo y no querían repetir. Así que les dije que si no queríamos pelear en los puestos de abajo, teneíamos que trabajar para pelear arriba. En 2017, finalizamos terceros en el Apertura y segundos en el Clausura, con las chicas. Fue algo histórico para el club, ninguno de los dos equipos de mayores había conseguido un podio en la máxima categoría. Eso les dio una confianza terrible, y en 2018 arrasamos con los dos Metropolitanos y el Nacional. Escribímos la historia del club.
– ¿Cómo llegás a GEI? ¿Qué objetivos te propusiste con el club?
– Al GEI llegué porque hay algunos jugadores que jugaron conmigo en Ferro de Merlo, eran chiquitos en ese momento y hoy siguen jugando. Me conocen y querían que fuera parte del proyecto, está encabezado por el experimentado Guillermo Cazón y Pablo Catone, en la coordinación. Fue una apuesta del club, que no tenía handball y fue sumando chicos y chicas. Al ser un proyecto nuevo, obviamente nos propusimos trabajar duro para tratar de llevar al club a lo más alto. El club no es conocido en nuestro ambiente, sí por el hockey, rugby, vóley y demás. También queremos que sea conocido por el handball.

– ¿Cuál es tu idea para el GEI? ¿Buscás formación y luego un equipo?
– El GEI se está armando, y si bien hay jugadores que venían jugando de antes en clubes de la zona, todo el proyecto es de formación en la disciplina, ir creciendo con el correr del tiempo.
– ¿Con qué te encontraste en el club?
– Un club muy grande, lindo, y con unas instituciones de primer nivel. Hay un proyecto para que el handball tenga su gimnasio, por ahora lo hacemos en un playón, pero se contempla ir creciendo con los equipos. Este año se sumaron algunos jugadores importantes, y se esperan otros más para el que viene, para tratar de subir de categoría.
– Con una de las categorías del GEI, Mayores A, se estuvo cerca de un ascenso de este año. ¿Qué balance hacés del año? ¿Qué esperás para el próximo?
– Ganamos por diez el último partido, pero dependíamos de otros resultados para ascender. Como San Lorenzo le ganó al que debía ser campeón, nos sacó el ascenso. Ahora, nos preparamos para disputar el Super 8 y apuntamos a eso, ya que no se pudo dar el ascenso, y jugar el año que viene la Copa de Campeones. Y después, hacer un balance con los chicos y el club sobre cómo vieron la campaña, el trabajo. Todavía no cerré mi continuidad, sí lo hice en Ballester, donde ya pasamos los cuartos de final del Super 8. Estamos planificando la temporada que viene, vamos a jugar Liga Oro, hace 13 años que Ballester no estaba ahí.
