Femicidios: hay 1 muerte violenta cada 22 horas en Argentina
Gabriela Sosa, Directora Ejecutiva de la Mesa Federal de Mumalá, habló con respecto a las políticas que deberían tomarse para prevenir y proteger a las mujeres.
Mumalá dio a conocer su registro de femicidios, en el mismo señala que en Argentina hay 1 una muerte violenta cada 22 horas. La Directora Ejecutiva de la Mesa Federal de la organización, Gabriela Sosa, se refirió a las medidas que debería tomar el Estado para proteger a las mujeres. Además, mencionó que comienzan a crecer las muertes por entramados y vinculadas a las economías delictivas.
«En principio, lo que planteamos es que estamos en emergencia en violencia de género, justamente porque el Estado no ha generado políticas efectivas para bajar los números de femicidios y transtravesticidios, en los últimos diez años. Es decir, hay que revisar de manera permanente cuáles son las políticas públicas que se vienen implementando, la inversión pública sobre las mismas y evaluar los resultados. A priori, te diría que en diez años no se han logrado bajar el promedio de los 200 femicidios por año. En esta ocasión, empiezan a crecer las muertes de mujeres relacionadas con los entramados, confrontaciones, disputas de bandas, vinculadas a economías delictivas y narcotráfico. La inversión y las políticas se implementaron, pero estamos muy lejos de la gravedad de la situación», resaltó en Radio Búnker 94.9, en el «Tanke de Búnker» (lunes a viernes, de 10 a 13hs).
El por qué se contabilizan las muertes vinculadas a las economías delictivas: «Leemos condiciones de vulnerabilidad que afectan particularmente a las mujeres, travestis y trans, que en muchos casos las arrojan a entrar o que viven en situaciones donde los enfrentamientos las afectan de manera particular. En el caso de Rosario, las mujeres son parte de los entramados de la misma lógica delictiva. Y esto, por supuesto que necesita ser analizado. En Santa Fe, tenemos 17 femicidios y transtravesticidios, y 46 asesinatos de mujeres en estas condiciones. El Estado debería contar con muchas más herramientas para hacer lectura y síntesis de esto», explicó Sosa.
Consultada por lo que está fallando en cuanto a las políticas tomadas en el último tiempo, enfatizó: «Estaría bueno que haya un avance a nivel social, no es algo menor, a como consideran y toman la temática los medios de comunicación. Porque eso, a mediano y largo plazo, va dando resultados en el tipo de sociedad que vamos construyendo. La violencia machista es una práctica cultural, está anclada en prácticas de muchísimo tiempo, y la única forma de modificarla es tener nuevas prácticas. También, no considerar a la mujer o la persona de identidad diversa disidente, en otra condición o como objeto. Hay que hacer hincapié en la falta de inversión, de gestión estratégica de un presupuesto mayor. Debemos anclar los presupuestos en las realidades locales, la mayoría de las provincias tienen su áreas específicas en las capitales. Y los femicidios no sólo se dan ahí, sino que se dan en todo el territorio de cada una. Entonces, está debilitado el órgano institucional que aborda a nivel territorial esta temática para la atención y prevención. Los medios de comunicación, tienen monedas contadas para alertar e informar. Los dispositivos electrónicos, hoy existen en muy poca cantidad para varones agresores, porque sale mucha plata».
«Creo que hay un avance, se multiplicaron los lugares de recepción de denuncias, y con una perspectiva interesante de formación en su personal. Pero por supuesto, en el territorio argentino es muy diversa la realidad. Por un lado, tenés provincias que tienen una experiencia de mucho tiempo en el abordaje de la violencia, y otras que están haciendo sus primeras armas. Por eso, es más débil la presencia institucional, la capacitación en el personal, es importante tenerlo en cuenta. Por otro lado, creo que hay situaciones que son un gris. Hay que debatirlo, definir y tomar una decisión de gestión política ¿Quién controla una medida de protección? ¿Quién debe hacerlo? No tiene respuesta, te dan un papel con la medida de protección y nosotras mismas debemos acercarlo al domicilio del agresor. Y luego, ¿quién controla que efectivamente se cumpla? Hoy no está definido. Por la información que tenemos de los medios de comunicación, el 16% de las victimas de femicidio había denunciado previamente a su agresor. Y bajó, porque habíamos llegado a 25%», concluyo.